miércoles, 22 de febrero de 2012

Hace dos semanas, Hamza Kashgari, periodista saudí de 23 años, vive bajo la amenaza de ser enviado a la horca a pesar de no haber matado a nadie ni haber cometido ningún crimen.


Se lo culpa de haber utilizado la imagen de Mahoma para fines que exceden lo religioso, luego de haber publicado en Twitter una conversación imaginaria con él profeta. Fueron cuatro tuits para el Mahoma imaginario, que leían “He amado tu rebeldía. Siempre has sido una fuente de inspiración para mí”… “No me gustan los halos de divinidad en torno a ti. No debería rezar por ti”.
Los intolerantes organizaron el castigo de inmediato. Miles de personas pidieron su cabeza por el medio digital. Por ejemplo, un grupo en Facebook llamado “El pueblo saudí” reclama su ejecución.
El periodista intentó viajar a Nueva Zelanda, pero fue detenido en Malasia, en donde hay mayoría musulmana, y fue deportado a Arabia Saudita.
La fiscalía presentará la acusación contra él por “falta de respeto hacia Dios” y por “insultar al profeta”, cargos que pueden conllevar la pena de muerte.
A través de la propia red social, Hamza Kashgari pidió disculpas y se “excuso frente al profeta”, para todos aquellos que se habrían podido sentir ofendidos. Puede ser que no sea enviado a la horca, pero sí que sea condenado a prisión.

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