viernes, 10 de agosto de 2012

Los medios de comunicación internacionales convirtieron la muerte de Oswaldo Payá en una campaña de propaganda política contra Cuba, cuando la desastrosa “misión” de injerencia ordenada por un colaborador de José María Aznar tiene “todas las características de una operación de inteligencia”, denunció en entrevista para teleSUR el periodista canadiense, Jean-Guy Allard.


Allard: Prensa convirtió muerte de Payá en campaña de difamación

TELESUR – 
“Esta historia tiene un guión de película de espionaje, pero yo no creo que sea solo un guión”, valoró el especialista.
Al español Angel Carromero, “lo convirtieron en un especie de heroe, de victima cuando era él quién manejaba – y de manera peligrosa – el carro donde mueren el “disidente” Oswaldo Payá y su compañero”, precisó.
Los medios hacían titulares con “lo que pasaba con el, donde estaba detenido, en que condiciones, de que manera lo trataban las autoridades cubanas” en vez de peguntarse en que circunstancias exactas había ocurrido la tragedia. “Hasta la familia nunca habló de indemnización de parte de quien manejaba el carro, como se hace comúnmente en España en tales circunstancias”.
Todo se convirtió “en operación de propaganda, de difamación contra Cuba y de sus autoridades como si en Cuba no podía ocurrir un accidente de transito como en cualquier otra parte”, subraya el investigador.
Para la prensa privada, el tragedia vial “era una conspiración de los organos de inteligencia cubanos, de las autoridades cubanas para matar a Paya, se inventó hasta un vehiculo que persiguió el carro de Paya, se habló de un sabotaje del carro…”
La responsabilidad de Aznar
Allard explicó como en Madrid, Pablo Blanco, jefe de la juventud del Partido Popular español y colaborador del líder derechista y expresidente del Consejo José María Aznar, contactó a su subalterno Angel Carromero (el chofer de Payá) y le dió la ordén de contactar en Stockholmo (Suecia) “a una ciudadana española llamada Muriel Aguado, que le provee una cantidad de dinero y que le pone a su vez en contacto con el jefe de la juventud de un importante partido de derecha de Suecia, Aron Modig”.
¿Cómo lo alcanzará? Siguiendo las instrucciones de Muriel Aguado, se contactan a través de Facebook y se reúnen en un restaurante de Madrid. Otro elemento altamente sospechoso que “da aún más a esta historia un olor a inteligencia”: Modig, antes de viajar a Cuba, viaja a Georgia, Estados Unidos, donde ve a “representantes de dos de las organizaciones de EEUU que más se dedican a financiar, alentar y organizar“ operaciones de desestabilización en Cuba,
“No hace falta un especialista”
Modigy luego se reúne con Carromero, “los dos viajan a Cuba, contactan a Paya, le dan 4000 euros cash, se lo llevan de viaje a más de 700 kilómetros de La Habana y se les pasa este accidente en un camino fuera del itinerario que tenían que seguir”.
La red mediática internacional “que colabora constantemente con el Departamento de Estados Unidos, esta red difundió falsas noticias con el propósito de ensuciar al Gobierno de Cuba” pero se interrumpió bruscamente la campaña de desinformación “al momento que saliço la información revelando que Carromero ni tenía un permiso valido de manejar para alquilar este carro en Cuba y que tenía un pasado de chofer peligroso, que había recibido 45 multas de España , que le habían quitado todos sus puntas por esta delincuencia por manejar a velocidad excesivas… “,.
“Esto desestabilizó a los desestabilizadores”, comenta el periodista canadiense.
Allard luego sacó sus conclusiones: “Todo esto es una conspiración, un complot. No hace falta ser un especialista de las operaciones de inteligencia para darse cuenta que Carromero ejecutaba una misión ordenada por su jefe Pablo Casado… vinculado a José María Aznar y a Esperanza Aguirre otra jefa anticastrista de Madrid, asociada a la Embajada de Estados Unidos en España”.

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