domingo, 18 de agosto de 2013

Entrevista a Claudia Camba, de la UMMEP.

Fidel marcó un antes y un después en la historia

por Orlando Ruiz 

Militante del movimiento de solidaridad con Cuba en Argentina y consagrada activista social, Claudia Camba dirige la fundación Un Mundo Mejor es Posible (UMMEP), iniciativa educacional encaminada a que las personas más pobres eleven su nivel de preparación. Su labor se ha hecho palpable en la puesta en práctica del programa de alfabetización Yo sí puedo y el desarrollo de la Operación Milagro en la nación austral. 

En el presente diálogo habla de su admiración por el líder histórico de la Revolución cubana. ?En el año 2000, por los días en que estaba secuestrado el niño Elian González en Miami, ?coincidentemente? se reunió la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y en un acto hipócrita y deshumano varios gobiernos levantaron su dedo acusador hacia Cuba. Al enterarme de que mi país era uno de ellos, le escribí una carta abierta cargada de cuestionamiento e indignación al entonces presidente de Argentina, Fernando de la Rua; mucha gente se identificó con aquella misiva e hizo que recorriera el mundo. Así llego al Comandante Fidel, que la leyó en una reunión y preguntó a los presentes si alguien conocía a Claudia Camba. ?Un compañero que había viajado conmigo a la Higuera para la conmemoración del aniversario 30 de la caída en combate del Che, casualmente estaba presente, y facilitó mi localización. 
Para sorpresa mía fui invitada por Fidel a hablar en la Plaza el 1º de mayo del propio año 2000. A partir de allí nació una relación muy especial, que hemos cultivado en estos 13 años con un profundo afecto. 

¿Qué papel, a su juicio, ha jugado Fidel dentro del devenir histórico contemporáneo? 

Un papel clave en el mundo, sobre todo en América Latina y el Caribe, su aparición marcó un antes y un después, Fidel retoma la idea libertaria de las luchas independentistas en nuestras repúblicas, que habían pasado del yugo colonial español al sometimiento al imperio yanqui. Sus ideas antimperialistas, de unidad, de independencia, de solidaridad e internacionalismo, han sido y siguen siendo un ejemplo a seguir. Los revolucionarios sentimos a Fidel, como Fidel sintió y siente a Martí. ¿Cuánto ha representado su pensamiento para las transformaciones de la América Latina del presente? Son el motor en las transformaciones actuales, no solo por su ejemplo, sino también por su impulso. Él fue y es un actor fundamental en los actuales cambios. ¿Cuantas veces Fidel soñó el ALBA? Quizás en sus sueños no tenía el nombre, pero la esencia de esta alianza sin dudas la soñó. Trascendentales programas sociales aplicados hoy han sido iniciativa suya. Y no podemos hablar de esta organización solidaria sin recordar al Comandante Chávez, y de lo que también significó para el mundo y en especial para América Latina y el Caribe la unión de estos dos gigantes. Tuve el privilegio de compartir un momento muy especial con ambos, en la última visita de Fidel a mi país, en el marco de la cumbre del Mercosur, yo coordinaba desde el año 2005 la Operación Milagro en argentina a través de la fundación UMMEP. Habíamos tenido el día anterior un encuentro con Fidel donde se había acordado que en lugar de enviar a los argentinos a operarse a Cuba, a partir de ese momento, debido a que Evo había suscrito los acuerdos del ALBA, se operarían en Bolivia, y para ello se iban a instalar dos hospitales en la frontera argentino-boliviana. Al día siguiente, cuando llegó Chávez, me pidió que le contara a este cómo íbamos a enviar los pacientes de mi país a Bolivia para las operaciones de la vista. Tras escucharme, el presidente venezolano me preguntó, ¿y porqué no operan en Argentina? Le expliqué el problema de los médicos cubanos y sus títulos aquí. Entonces Chávez dice: ? bueno, pero Fidel pongamos un barco que opere en aguas internacionales, o un avión?, y Fidel, le responde: Si claro, como el Orbis, el Obis latinoamericano. Sus miradas se cruzaron y soñaron juntos; de repente parecía que no había nadie mas que ellos en la sala, allí comprendí con claridad que el imperio había perdido la batalla.

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